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Posts Tagged ‘docencia universitaria’

Estos días estoy finalizando la historia de Las Maestras (un análisis sobre la identidad de género y trabajo), gracias a la beca sobre el papel de la mujer en la historia de la ciudad de Logroño, cuya IX convocatoria gané con este tema el año pasado. Mi idea es terminar su redacción de forma inminente y sólo cuando se publique daré algunas de las conclusiones que he anotado sobre el tema. Desde luego mi interés por las maestras viene de lejos, en concreto de una línea de investigación que me ocupó los primeros años como docente de sociología de la educación con los estudiantes de Magisterio. Una línea que constituyó una reflexión sobre el Proceso de socialización del futuro maestro y profesor del recién estrenado siglo XXI, en que se ve inmerso desde su ingreso el primer año en Magisterio (en sus diferentes titulaciones), hasta su salida del mismo tres años después; es decir, una investigación sobre el proceso de socialización de los estudiantes de las Diplomaturas de Magisterio de la Universidad de La Rioja, y más concretamente, sobre los alumnos que comenzaron sus estudios el curso 1997/98 y los finalizaron en el curso 1999/2000.

Esta investigación comenzó a estructurarse gracias a la profesora Gloria de la Fuente Blanco con ocasión del encuentro de Sociólogos de la Educación celebrado en Jaca en septiembre de 1997, en que tuvimos ocasión de intercambiar diferentes puntos de vista sobre el proceso de evolución de los estudios y los estudiantes de Magisterio, coincidiendo en el interés por llevar a cabo un estudio comparativo entre la realidad del estudiantado madrileño que ella había investigado y el riojano. De este estudio longitudinal destacaré el interés por llevar a cabo un análisis descriptivo e interpretativo de las características de este colectivo, a partir de las cuales se pueden reconocer las características de la realidad sociocultural de los estudiantes que eligieron estas titulaciones; y, a partir de ésta, el proceso de cambio que se producía en función de su experiencia durante los años de estancia en la Universidad, en diferentes aspectos, tales como las actitudes y valores sociales, las preferencias de ocio y cultura, o el valor atribuido al asociacionismo, como modo de entender el grado de integración social.

Era el reconocimiento social del maestro, y por extensión de la diplomatura universitaria, lo que me invitaba a reflexionar sobre el proceso de socialización que se producía dentro de la Universidad a lo largo de los tres años de carrera, entendiendo este proceso, como una combinación entre la adquisición de unos conocimientos y una formación académica, con la adquisición de unas ideas o modelos acerca de la profesión, con la que los jóvenes se enfrentan al mercado de trabajo. Producto de los datos conseguidos de los dos cuestionarios elaborados y realizados en 1997 y en 2000, son las diferentes comunicaciones y artículos presentados durante estos años y que han culminado con el publicado (quizás algo tarde) el 2002 por la Revista Contextos Educativos nº 5, que lleva el título de “El aprendizaje de una profesión en la Universidad. Los maestros finiseculares”, que es un título que de algún modo engloba los objetivos de investigación inicialmente propuestos.

La primera comunicación presentada, fue al I Congreso de Educación en La Rioja, en marzo de 1998, con el título de “Los maestros de enseñanza infantil del año 2000”, que fue publicada[1] precisamente en 2000. Con parecido título “Los maestros del siglo XXI” presenté una comunicación en el VI Congreso Español de Sociología, celebrado en A Coruña en septiembre de 1998. Ya en 1999, con ocasión de la VII Conferencia de sociólogos de la educación presenté una comunicación sobre “La determinación del origen social en la elección de los estudios de Magisterio”, y que fue publicada[2] por el Departamento de Sociología y Política Social de la Universidad de Murcia ese mismo año. También en ese tiempo, en colaboración con el profesor de psicología Javier Escorza con quien un año después compartiría una ayuda a la investigación[3] para el proyecto titulado “Actitudes y valores del profesorado del siglo XXI”, presentamos una comunicación en el IX Congreso Nacional de Formación del Profesorado, celebrado en Cáceres, que llevaba el título de “El maestro del siglo XXI: datos para una reflexión sobre el influjo de la experiencia en la formación del maestro”, y que fue publicada[4] en la Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado.

Otros Congresos a los que asistí con comunicaciones realizadas a partir del mismo proyecto de investigación son, el I Congreso sobre los Valores en la Ciencia y la Cultura celebrado en León, en septiembre de 2000, donde en compañía del profesor Javier Escorza, presentamos la comunicación “Actitudes y valores del profesorado del siglo XXI”. Por mi parte acudí a la VIII Conferencia de sociólogos de la educación celebrada, también en septiembre de 2000, en Madrid, con la comunicación que llevaba por título “Universidad y cambio social: la socialización del estudiante de Magisterio”. Un mes después me presentaba al Congreso Nacional de Educación celebrado en Burgos con la comunicación “Los maestros finiseculares. Un perfil de los diplomados universitarios”. Finalmente, en el VII Congreso Español de Sociología celebrado en Salamanca, en septiembre de 2001, presenté la comunicación “La experiencia universitaria y el cambio en los valores y actitudes de los estudiantes de Magisterio y Trabajo Social”.

Si varias han sido las comunicaciones presentadas a diferentes Congresos y reuniones de sociólogos de la educación, pues la educación es el interés objetivo de los estudiantes de Magisterio, también llevé los mismos cuestionarios aunque adaptados, a los estudiantes de Trabajo Social. De ese modo presenté dos comunicaciones, una al II Congreso de Escuelas de Trabajo Social celebrado en Madrid en septiembre de 1998, con el título de “Los valores del trabajador social en el año 2000”, y otra al IV Congreso de Escuelas de Trabajo Social celebrado en Alicante en abril de 2002, con el título “La incidencia de la formación en la práctica del trabajo social” y que ha sido publicado[5] por la Escuela Universitaria de Trabajo Social de la Universidad de Alicante.

Este estudio longitudinal sobre los estudiantes de Magisterio y Trabajo Social que empezó el curso 1997/98 y que culminó en junio de 2000 mientras realizaban el prácticum de maestro o las prácticas de trabajo social, debió continuar el otoño de 2003 a fin de reconocer los procesos de inserción laboral de los mismos, y haberlo realizado si hubiera encontrado los recursos y el tiempo necesario para finalizar esta investigación. Pero paar entonces ya estaba enfrascado en otra línea de investigación que igualmente he sostenido en el tiempo y que hace referencia al fenómeno de las migraciones. Pero sobre esto me tomaré mi tiempo pues ya son varios los trabajos y las publicaciones que han aparecido desde entonces.


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[1] ISBN: 84-699-1790-0

[2] ISBN: 84-699-2050-2

[3] API-00/A08 de la UR

[4] Universidad de Zaragoza (AUFOP), Vol. 2, nº 1. ISSN:1575-0965

[5] Universidad de Alicante (2002). ISBN: 84-7908-687-4

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Estamos en una crisis mundial auspiciada por las malas prácticas del capitalismo financiero y especulativo, que desembarazado de todo tipo de control regulatorio por parte de los gobiernos de las naciones desarrolladas, ha llevado su desmedida ambición por la riqueza y el despilfarro más allá de los límites que incluso la naturaleza había sabido hasta hoy guardar. Claro que yo pasé mi crisis económica personal allá por los años noventa. Entonces no hubo tanto eco mediático, pero entonces fuimos muchos los que nos enganchamos a la búsqueda de empleo, a la búsqueda desesperada de algún ingreso y, en última instancia, a la revaluación de las prácticas antisistema (ahora no voy a dar información sobre tales), y al apoyo de la familia y amigos. Trabajé en las cosas más variopintas (desde luego ninguna próxima o parecida a la investigación sociológica), obtuve los empleos más precarios y menos asegurados que empresas como EULEN promueven para beneficio de sus accionistas. En fin que sólo cuando tomé ciertas decisiones y las puse en prácticas empecé poco a poco a salir de un pozo muy hondo y muy negro, desesperante y aniquilador, como es el agujero en el que caen los desempleados con cargas familiares y sin prestaciones. Creo que fueron los años 1993, 1994 y parte del 95 los años más crudos de la crisis que repercutieron en mi vida, pero como de todo se aprende, nada me cuesta decir que salí victorioso (no sin lucha y voluntad) y que los remedios que puse fueron, en primer lugar, seguir formándome y estudiando, no solo para ampliar las posibilidades de empleo, sino también para sentirme mejor persona y evitar ciertas depresiones (me lie otra vez con la tesis doctoral), pedí un préstamo e inicié un negocio de hostelería con la construcción de una casa rural (también hice varios cursos, hasta de cocina, algo que nos tendrían que haber enseñado en casa), y por último, algo de lo que había renegado siempre pero que me vi empujado por necesidad: ser docente universitario. Yo siempre había pensado que la investigación sociológica era un medio suficiente para poder vivir sin grandes consumos pero también sin muchas estrecheces, hasta que me tocó la crisis del 92 y eché mano de cuanto se ponía al alcance, y esta fue una oportunidad que desde luego aprovecharía en pocos años con cierto éxito y gusto. Precisamente los proyectos de investigación posteriores a estos años pertenecen a mi etapa como docente y por lo tanto responden a líneas de investigación en buena medida financiadas por la propia Universidad.

Con el título “La Rioja ante la crisis del 98”, recibí dos ayudas[1] para el desarrollo de un proyecto de investigación en el que figuraba como investigador principal junto a otros cuatro investigadores, tres de ellos ajenos a la propia UR. Este proyecto interdisciplinar trataba de satisfacer una necesidad perentoria por recuperar la memoria, y a tal fin, el grupo de cinco investigadores decide reconocer algunos de los elementos más significativos del acontecer regional de fines de siglo sin someterse a las efemérides del desastre colonial, salvo como excusa para recrear un periodo más amplio, que en ocasiones recoge la formación del estado burgués desde mediados del siglo XIX hasta el primer cuarto del siglo XX. Este trabajo colectivo abre, merced a las diversas metodologías y plurales cosmovisiones sobre la crisis finisecular riojana, la posibilidad de desarrollos investigadores puntuales, que en definitiva nos enseñen, sino todas, sí las principales claves de nuestra historia regional. Las 258 páginas de texto nunca fueron publicadas en su conjunto, aunque sí parcialmente en trabajos posteriores de los autores de este proyecto de investigación. Vaya, que para crisis, la del 98


[1] API-97/A03 y API-98/A10

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